Pasos a seguir si tu empresa cierra el año con pérdidas

LEGÁLITAS IMPULSA  

No cabe duda de que los ejercicios de 2020 y de 2021 han resultado más complicados de lo habitual debido a la incertidumbre que la crisis sanitaria persistente ha traído a numerosos negocios. De hecho, no es de extrañar que muchos de ellos se hayan visto abocados a hacer frente a resultados negativos y números rojos al finalizar el año.

Ni que decir tiene que se trata de una situación que hay que afrontar desde el minuto uno, pues de lo contrario, el problema podría aumentar de tal modo que provocará la clausura de la empresa.

Es decir, no debe temblar el pulso dar los pasos necesarios en caso de que se haya cerrado con pérdidas. Obviamente, no todos los consejos que se exponen a continuación se pueden extrapolar a cualquier negocio, pero sí que apuntan la dirección en la que se debe trabajar.

1. Realizar análisis exhaustivo de balance contable

El primer punto que hay que tener en cuenta si una empresa tiene un cierre con pérdidas será la necesidad de analizar el balance contable. Con ello, y siempre y cuando dicho balance sea correcto, podrá detectarse qué gastos fijos y variables pueden evitarse y cómo incrementar los beneficios para así evitar pérdidas económicas.

2. Revisar el ciclo de caja

Continuaremos con el ciclo de caja, es decir, el tiempo durante el cual una empresa tiene su dinero inmovilizado. Por tanto, habría que analizar cuál es esa media de tiempo que transcurre hasta que se produce el retorno de una inversión -desde que se paga por ella, hasta que se recibe el cobro por parte de un cliente. Obviamente, cuanto más corto sea el ciclo de caja, la empresa podrá contar con más fondos.

3. Contar con la figura de un contable y un tesorero

Además de contar con un contable, la gestión de la tesorería es fundamental para llevar a cabo un control exhaustivo de cobros y pagos de dinero en efectivo. En muchas ocasiones este control no existe. Es más, hay empresas que incluso no son capaces de conocer una de las razones fundamentales de sus pérdidas económicas. A esto hay que añadir que el tesorero podrá llevar a cabo funciones como el traspaso de líquido a una cuenta que pueda presentar un saldo negativo. 

Debe tenerse en cuenta también que tanto las tareas de contabilidad como las de tesorería tendrían que automatizarse y digitalizarse para que de ese modo se eviten gastos de tiempo y dinero innecesarios.

4. Análisis de procesos de facturación

Analizar el tiempo que se tarda en los diferentes procesos de facturación es fundamental. La forma de pago y la fecha tanto de cobro como de pago también son elementos esenciales, de tal manera que hay que plantearse como objetivo reducir los tiempos en facturar y cobrar a los clientes. 

En muchos casos y por fidelizar al cliente se aceptan formas de pago o periodos de cobro que pueden provocar que una empresa cierre el año con pérdidas. Para ello, será recomendable realizar un análisis de la media en tiempos de cobro del sector y tratar de negociar condiciones con proveedores. De esta manera se garantizará una mayor liquidez en la empresa. 

5. Revisión de los acuerdos bancarios

Es importante cerrar un plan anual con el banco sobre las operaciones que la empresa va a realizar. Recurrentemente se debe revisar este plan para ver si se cumple y si cubre las expectativas de cada momento. El objetivo es reducir el coste de cada operación y el de financiación. De la misma manera, es muy habitual contar con varias entidades financieras, lo que dificulta la gestión del circulante. Lo mejor es centrar toda la operativa en una entidad y para ello habrá que negociar con la que mejores opciones proponga. Es importante que en esta negociación también se plantee la posibilidad de disponer de un fondo de emergencia.

6. Análisis de consecución de proyectos

Aunque cualquier proyecto pueda comenzar con una inversión que tenga cierto riesgo, es importante analizar la rentabilidad del mismo en el largo plazo. En ocasiones el cierre de un año con pérdidas viene dado porque se ha invertido en un proyecto que no genera beneficios, mientras que otro que sí lo hace requiere de un pequeño empujón en la inversión. La monitorización y el análisis continuo de cada línea de negocio es una herramienta perfecta para detectar la rentabilidad.

7. Plan de prevención

Por último, lo más recomendable es contar con un plan de prevención para evitar llegar al final de año con pérdidas. Para ello, es necesario conocer a fondo el negocio y los activos que influyen en él, adelantarse a las posibles causas de las pérdidas de la empresa y tener estrategias de intervención en caso de que esto ocurra. Además, siempre se recomienda contar con un plan de crisis que vaya desde la propia actuación de cada uno de los empleados hasta la comunicación con los clientes.


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