El diseño de un plan de prevención de riesgos de contingencias fiscales es una herramienta fundamental para integrar las actividades fiscales de la empresa y establecer una política común que aborde los riesgos a los cuales la empresa está expuesta, pasando por la eliminación de costes financieros. Mediante la planificación y gestión de los riesgos fiscales, dotaremos a nuestra organización de un plan de acción ante situaciones de crisis que pudieran causar pérdidas imprevistas y no planificadas. Así, un plan adaptado a la organización permitirá evitar retrasos en las presentaciones de declaraciones y sus consiguientes multas, y propiciará la de todas las declaraciones independientemente de su recurrencia.
La necesidad de contar con un adaptado plan de gestion de riesgos fiscales se ha convertido en un pilar fundamental para las organizaciones, bajo la premisa de eliminar futuros costes financieros y minimizar los peligros a los que se enfrentan las empresas, tanto nacional como internacionalmente. La anticipación ante dichos riesgos juega, por tanto, un papel muy importante en el proceso de toma de decisiones para asegurar una reacción rápida y coordinada ante los sucesos que se puedan presentar en el día a día.
Para la elaboración de estos planes, la planificación será una parte fundamental en la toma de decisiones. Dicho plan debe servirnos de guía de actuación, cuyo contenido debe centrarse en la asignación de tareas y roles y contener los calendarios fiscales desglosados por impuesto, fecha de vencimiento, fecha de pago y cualquier detalle adicional que resulte imprescindible para la presentación de las declaraciones en tiempo y forma.
Así, al administrar la exposición a los riesgos mediante la planificación, evitaremos incurrir en costes imprevistos y disminuiremos la incertidumbre ante cualquier crisis que pudiera surgir.
En definitiva, contar con un plan de prevención de contingencias fiscales que esté adaptado a nuestra organización nos permitirá anticiparnos a los riesgos fiscales y gestionarlos de manera planificada.
¿Qué beneficios tiene el plan de gestión para nuestra organización a largo plazo?
- Favorecer la mejora continua. Al contar con un calendario planificado para todas las declaraciones que han de ser presentadas ante las diferentes administraciones, conseguiremos anticiparnos a su preparación y evitaremos errores en su presentación. Además, se debe hacer una distinción entre aquellas obligaciones que son recurrentes y aquellas que no lo son, administrando el tiempo con antelación para cada uno de los dos tipos. Entenderemos, por tanto, que aquellas declaraciones que son recurrentes ya son conocidas con anterioridad, y su preparación supondría un tiempo fácilmente estimable mes a mes. No obstante, es prudente asignar más tiempo a la preparación de declaraciones no recurrentes que podrían suponer un desafío.
- Consolidar la toma de decisiones. Al contar con una clara asignación de roles para todo el proceso fiscal, facilitaremos tanto el acceso a la información necesaria para la preparación de la declaración, así como su revisión y aprobación. Para entender este concepto, pongamos como ejemplo la preparación de la declaración del IVA. Primero, tendremos que compilar toda la información financiera necesaria para su preparación y definir quién tiene que facilitar esta información. Posteriormente, es fundamental que el responsable fiscal revise y valide esta declaración. Es también un punto relevante definir internamente cómo se transmitirá dicha aprobación, así como quién será el responsable de las actividades posteriores a esto, como la presentación. Todas estas cuestiones deben tener respuesta en nuestro plan de gestión fiscal, lo que nos ahorrará tiempo en cada uno de los pasos desde la recopilación de la información hasta la presentación de la declaración.
- Aminorar las posibles responsabilidades legales. Mediante la definición y planificación de los riesgos para anticiparnos a los mismos, evitaremos incurrir en futuras sanciones que podrían dañar la imagen y reputación corporativa asegurándonos de la presentación de las declaraciones en tiempo y forma.
- Asignar de manera eficiente nuestros recursos. A través de la planificación actuaremos de forma más eficiente ante la gestión de nuestros activos financieros. Si preparamos las declaraciones con tiempo suficiente de antelación, conoceremos su resultado y podremos disponer de los fondos requeridos en cada momento. Además, habiendo planificado todos y cada uno de los pasos, nuestros empleados podrán acudir a dicho plan ante cualquier duda, evitando retrasos en la preparación y presentación de las declaraciones.
En definitiva, mediante un adaptado plan de gestión fiscal aportaremos valor para nuestra organización y evitaremos costes financieros imprevistos. Desde KPMG brindamos apoyo profesional en la gestión e implementación de planes de gestión fiscal adaptándonos a los requerimientos específicos de cada uno de nuestros clientes. Nuestra amplia experiencia en este ámbito nos avala en la integración de las actividades preventivas con el fin de eliminar costes financieros y establecer una política común que sirva de base para la toma de decisiones.
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