Qué es la pensión no contributiva y cómo afecta a mis empleados

LEGÁLITAS IMPULSA  

La pensión no contributiva tiene un enorme peso en el sistema económico español una vez que los ciudadanos llegan a su edad de jubilación.

Habida cuenta que para poder jubilarse y disfrutar de la pensión en nuestro país es necesario haber cotizado como mínimo 15 años, dos de los cuales deben estar comprendidos dentro de los 15 años previos a la fecha de jubilación, hay un gran número de personas que no cumplen con ese requisito, de manera que es necesario contar con un mecanismo que les garantice los recursos necesarios para vivir. 

Ese mecanismo es la pensión no contributiva, de la que hablaremos a continuación, analizando cuáles son los requisitos necesarios para beneficiarse de ella.  

¿Qué es la pensión no contributiva? 

Tal y como se ha apuntado, la pensión no contributiva es la prestación que reciben aquellos ciudadanos que en caso de jubilación o invalidez no hayan cotizado nunca o no hayan alcanzado el tiempo mínimo de cotización para recibir la prestación contributiva.

En ese caso, el Estado ofrece esta opción a todas las personas que carecen de recursos y que, eso sí, cumplen otros requisitos. De ese modo se garantiza el pago de una prestación económica básica, asistencia médico-farmacéutica y servicios sociales.

Competencia de las CC.AA. y el IMSERSO 

En este punto cabe señalar que las pensiones contributivas son gestionadas por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Sin embargo, las no contributivas son competencia de cada comunidad autónoma, y dichas funciones están transferidas al Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO). 

Es más, las cuantías que se han de percibir están reguladas por ley y son iguales en todo el territorio nacional, ya que se financian con presupuestos del Estado a través de transferencias al presupuesto de la Seguridad Social.

Requisitos para beneficiarse de la pensión no contributiva en caso de jubilación 

Entrando de lleno en los requisitos que deben cumplir los ciudadanos españoles y con residencia legal en España para beneficiarse de la pensión no contributiva, son los siguientes:

- Carecer de ingresos suficientes. Las rentas o ingresos disponibles deben ser inferiores a 5.639,29 euros anuales en 2021. En el caso de convivir con su cónyuge y/o parientes consanguíneos de segundo grado, solo se cumplirán los requisitos cuando las rentas e ingresos de todos los miembros de su unidad sean inferiores a 9.586,64 euros, si son dos personas, a 13.534,08 euros en el caso de tres personas y a 17.481,52 euros si fueran cuatro. Estas cantidades se ven a su vez modificadas si entre los parientes consanguíneos con quienes convive el solicitante de la pensión, se encontrase alguno de los padres o hijos. En este caso, las rentas o ingresos de la unidad familiar deberán ser inferiores a 23.966,60 euros si la unidad familiar la componen dos personas o inferiores a 33.835,20 euros o 42.703,80 euros en el caso de que 3 o 4 personas respectivamente, formen la unidad familiar.

- Tener mínimo 65 años.

- Residir en España y haberlo hecho durante al menos diez años, en el periodo que media entre los 16 años y la edad de devengo de la pensión. De esos diez años, al menos dos han de haber sido consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud.

Requisitos para beneficiarse de la pensión no contributiva en caso de invalidez

Cuando nos referimos a los casos en los que el solicitante tiene algún tipo de discapacidad, para beneficiarse de la pensión no contributiva debe cumplir los siguientes requisitos: 

- Tener entre 18 o más años y menos de 65 años y un grado de discapacidad igual o mayor al 65%.

- Cumplir con los mismos requisitos económicos que en el caso de la pensión no contributiva de jubilación.

- Residir en España y haberlo hecho durante al menos cinco años , dos de los cuales han de ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud. 

Hay que apuntar que en el caso de las personas con algún tipo de discapacidad tienen la posibilidad de trabajar y compatibilizar el cobro de la prestación con los ingresos derivados de la actividad laboral que realizan. Para estas situaciones, también existen condiciones:

- Se puede cobrar la pensión no contributiva solo durante los cuatro años posteriores al inicio de su actividad.

- La suma de la cuantía anual de la pensión y los ingresos percibidos por el trabajo no deben superar los 12.418,00 euros anuales. En caso de exceder de dicho límite, la cuantía anual de la pensión se reducirá en la cuantía necesaria para no sobrepasar el límite.

- No es compatible con la pensión no contributiva de jubilación, con las pensiones asistenciales reguladas en la Ley 45/1960,de 21 de julio, por la que se crean determinados Fondos Nacionales para la aplicación social del Impuesto y del Ahorro, y suprimidas por la Ley 28/1992, de 24 de noviembre, de Medidas Presupuestarias Urgentes, ni con los subsidios de garantía de ingresos mínimos. Estas son básicamente las reglas básicas sobre las que se sustentan las pensiones no contributivas, con las que el estado busca proteger a las personas con menos recursos o aquellas que no han conseguido llegar al mínimo de años cotizados por diferentes razones.  

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